el dolor viene y va como las aves que emigran lejos del frió invierno,
unas mueren intentándolo y dando lo mejor de si,
se desploman en el aire e impactan en el duro suelo muriendo al instante,
todas siguen y dejan a las caídas atrás,
salen los cazadores dispuestos a derribar las,
apuntan y disparan,
se escucha el estruendo del arma al disparar,
el cazador suelta a su perro para ir a buscar la presa derribada,
las aves ya cansadas siguen adelante para llegar a su nuevo hogar,
perdieron; familia, amigos, esposas, esposos, e hijos también,
esta es y sera siempre la cruda realidad de la vida misma,
pero siempre hay que seguir adelante.
unas mueren intentándolo y dando lo mejor de si,
se desploman en el aire e impactan en el duro suelo muriendo al instante,
todas siguen y dejan a las caídas atrás,
salen los cazadores dispuestos a derribar las,
apuntan y disparan,
se escucha el estruendo del arma al disparar,
el cazador suelta a su perro para ir a buscar la presa derribada,
las aves ya cansadas siguen adelante para llegar a su nuevo hogar,
perdieron; familia, amigos, esposas, esposos, e hijos también,
esta es y sera siempre la cruda realidad de la vida misma,
pero siempre hay que seguir adelante.
Autor: Manuel Ontiveros
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